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600 extremeños más

Encina

Fotografía: Luisangel (Creative Commons)

Las cifras que manejan las organizaciones internacionales humanitarias es que en el mundo existen unos 60 millones de refugiados o personas desplazadas de sus lugares de origen por conflictos armados, o a causa de persecuciones por motivos ideológicos.

La mayoría de ellos son acogidos por los países limítrofes al lugar donde se producen los conflictos, están hacinados en campamentos, donde las condiciones de vida son tan lamentables, que la supervivencia es el objetivo número uno de cada día.

A Europa, como ya hemos dicho en otra ocasión, han llegado este verano unos 500.000 procedentes de lugares como Siria, Afganistán u otros países de la zona, y ya sabemos la que se ha liado. De repente han comenzado a aparecer por todos los sitios nuevos muros, nuevos alambres de espinos, para salvaguardar los derechos nacionales y poniendo todo tipo de dificultades a los que buscaban un lugar mejor para vivir.

Los medios de comunicación haciendo su trabajo nos han ofrecido imágenes que nos han sobrecogido, y que son el relato de lo que sucedía. Lo que no podemos permitir es que esas imágenes nos lleguen al corazón pero que sean solo noticia de portada un día o dos. La realidad que demuestran las mismas sigue existiendo.

Después de muchas reuniones la vieja, democrática y humanitaria Europa se ha puesto de acuerdo y se ha logrado que una serie de países (no todos) se comprometan a admitir a unos 160.000 refugiados. Alemania 32.000, Francia 24.000 y España 15.000.

Y ¿cuántos vendrán a Extremadura? Parece, que del total de los que vienen a España, unas quinientas o seiscientas personas serán acogidas por nuestro gobierno regional, es decir por los extremeños. ¿Cuántas familias podrán ser?, ¿unas 80 o 90?, porque vienen los padres, hijos y quizá hasta abuelos.

¿Qué podemos hacer? Las organizaciones humanitarias nos dicen que desterremos de nosotros todos los prejuicios que se nos puedan venir a la cabeza y sobre todo que tengamos paciencia, porque el proceso es difícil y lento, que ayudemos económicamente con lo que podamos, y sobre todo, que preparemos la acogida, porque los que vengan se quedarán, deberán rehacer su vida aquí, y con el tiempo, si lo hacemos bien, serán unos extremeños más.