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A vueltas con la Cuaresma

Velas

Fotografía: Xerones (Creative Commons)

La Cuaresma tiempo de conversión, tiempo de preparación para la Vigilia Pascual, cuarenta días para poder encontrarse con Jesús resucitado, tiempo de reflexión personal para descubrir lo que nos separa de lo que Dios quiere de nosotros, tiempo de ayuno, de sacrificio, de ascesis, de renuncia a lo que nos gusta, tiempo de desprenderse de lo que tenemos para darlo a los que no tienen, tiempo de…

No creamos que lo de la oración, el ayuno y la limosna es cosa solo de estos cuarentena de días, ¡ni mucho menos!, el mensaje de este tiempo es algo que tiene que estar presente en nuestra vida de hombres y mujeres de fe todos los días del año. Lo que sucede es que en este tiempo toca nuestra sensibilidad religiosa de una manera especial, porque tenemos cerca acontecimientos centrales de nuestra fe.

La Cuaresma tiempo de ayuno. Los profetas (Isaías 58,1-12) manifestaban a las claras cual es el ayuno que agrada a Dios: “romper las cadenas injustas, dejar libres a los maltratados, compartir el pan con el hambriento, acoger en tu hogar a los sin techo”. Y yo me pregunto ¿Qué relación tiene esto con no comer carne un día a la semana, cuando tengo la nevera llena de otras cosas, o dejar un día de hacer una comida, cuando sé que voy a comer bien después? ¡Es que no te enteras! lo del ayuno y la abstinencia es algo simbólico, debe significar esos otros sacrificios mayores que debes hacer. ¡Ah! Pero yo le pregunto a la gente y todos me responden lo de no comer carne y del ayuno que a Dios le agrada, que decía Isaías, nadie me dice algo.

La Historia de la Iglesia nos dice mucho de cómo se ha vivido esta norma eclesiástica. Tengo la impresión de que no lo hemos sabido explicar bien.

Sea como fuere estamos en un tiempo donde no estaría mal ayunar de eso que me tiene dominado: el dinero, el placer, la posición social, la necesidad de que reconozcan lo que valgo, la vanagloria, la comodidad, el dominio sobre el otro, la envidia, la soberbia, la falta de diálogo, la indiferencia.

Todo esto hecho con una facilidad: no importa el día en que te decidas a llevarlo a la práctica, puedes hacerlo de lunes a domingo, sin tener que estar preocupado de mirar el calendario o poner un aviso en la agenda de tu smartphone.

¡FELIZ CUARESMA!