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Camino de Santiago

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Fotografía: Jesús Pérez Pacheco (Creative Commons)

Me imagino que muchos (por lo menos unos pocos) de los que lean hoy esta columna estarán tumbados en alguna playa andaluza disfrutando del sol, de la brisa marina y de mas cosas.

En este tiempo de canícula no puedes ofrecer reflexiones profundas porque ni el cuerpo está dispuesto para ello, ni la mente está preparada para demasiados esfuerzos, ya vendrán tiempos mejores.

La celebración de la fiesta del apóstol Santiago me da pié para hablar de una realidad cultural y religiosa que ha experimentado un auge espectacular los últimos tiempos: el Camino de Santiago. Dejando aparte la historicidad de la venida del apóstol a nuestra tierra, lo cierto es que el Camino de Santiago se ha convertido en una manifestación de fe para unos y para otros en la posibilidad de realizar una actividad que purifica la mente y el espíritu.

El Camino de Santiago ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, por lo que no estamos hablando de cualquier cosa.

Aunque algunos dicen que “el Camino de Santiago comienza en la puerta de casa de cada uno”, en la actualidad parece que son seis las rutas consideradas oficiales. Como es sabido, una de ellas, la que parte de Sevilla atraviesa nuestra región. Tanto si eres de los que quieren recoger el certificado de que efectivamente se ha hecho como de los que no le interesa, lo cierto es que la vitalidad de esta realidad es incuestionable.

El Camino es motivo de ejercicio, de encuentro, de amistad, de relación, de aprendizaje, de dialogo, de fe, de abrazo, de apertura, de ilusión… que bien que de todo, el protagonista sea uno de los que empezaron esto del cristianismo.

Me gustaría eliminar la frase ¡Santiago y cierra España! que, por otra parte, significa todo lo contrario de lo que acabamos de decir, me quedo con esta otra, que hace poco destacaba un editorialista católico, escrita en “Luces de Bohemia” por un buen gallego, “Santiago y abre España a la libertad y al progreso”. Pues eso.

¡Buen descanso para lo que puedan!… y no olvidéis el libro que os habéis llevado.


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