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El 1 de febrero, Romería de San Blas

Venta de cordones

Cuando en abril de 1491 el labrador propietario leía el contrato de compra-venta de su finca, y certificaba que la misma lindaba al sur con la ermita de San Blas el Mozo, seguro que pensó que por la intercesión del santo sus cosechas iban a ser inmejorables. Además, la zona estaba muy valorada por la fertilidad de sus tierras.

Si desde esa fecha se tienen noticias de la existencia de la ermita, quiere decir que muy posiblemente desde finales del XV, la romería de San Blas ya se celebrara la tarde de las Candelas. Romería que tomó el nombre del día de su celebración, pero que indudablemente se realizaba en honor de San Blas, el santo protector de las enfermedades de garganta.

A lo largo de todo el siglo XV, este San Blas el Mozo, convivió con el otro San Blas, llamado el Viejo, que estaba en la Iglesia de san Juan. La cofradía de el Viejo tenía un punto más que la del Mozo, pues poseía la reliquia de santo, y era necesario trasladarla a la ermita de las afueras para celebrar la fiesta el día tres, y ya está, ahí tenemos el nacimiento de la romería. Las reformas del obispo Galarza, hacen que a partir de 1612, desaparezca esta última y solo permanezca la de la ermita extramuros de la ciudad.

Los innumerables vaivenes de la cofradía de San Blas el Mozo y de la romería, sobrepasan están escuetas líneas, pero su importancia para Cáceres es indiscutible. Que la tarde del 2 de febrero fuera fiesta local hasta casi anteayer (1985), da idea de lo destacado de dicha manifestación popular.

La eliminación de esta fiesta, que puede ser o no comprensible, ha hecho que la misma se adapte a la nueva situación (cosa que no está mal) sin perder el significado de sus orígenes, y tenga que buscar el sábado más cercano para celebrarla.

Hace falta dar publicidad, para que los cacereños, el día 1 de febrero saquen de sus baúles esos trajes regionales que son su signo distintivo y se acerquen a la zona norte de la ciudad para que avenida arriba y abajo dar ese paseo tan característico, adquirir las roscas y los cordones, degustar las tapas de la Asociación de Vecinos, y disfrutar de las actuaciones de los grupos folclóricos.

¡¡¡Todos a San Blas!!!