El seminario de Galarza

Fotografía: estanek
Cuando hace quince días terminé de escribir la columna sobre el edifico del seminario en la actualidad, me dije “si cuentas cosas del seminario actual ¿por qué no las cuentas del primero?”, como nunca está de más aprender cosas, pues allá va.
El Concilio de Trento 1545-1563 decidió que había llegado la hora de que el clero se tomará más en serio lo de la formación intelectual y decidió que los obispos fundaran en las ciudades cabeceras de de todas las Diócesis del mundo, una nueva institución que se llamaría SEMINARIO (semillero).
Don Pedro García de Galarza (1538-1604) obispo de Coria desde 1679 hasta su muerte, fue el encargado de llevar a la práctica las disposiciones de Trento en nuestra diócesis. Pero Don Pedro, a sabiendas de que no podía hacerlo, o con buenas intenciones, se salta una de las exigencia conciliares, y es que el Concilio exigía expresamente que el edificio estuviera en la ciudad titular de la Diócesis, en nuestro caso en Coria, pero el obispo, por las razones que fueran, decidió no seguir en eso las instrucciones y empezó las gestiones para hacerlo en Cáceres.
En las comunicaciones con Roma, Don Pedro expresa una serie de razones, no sé si muy convincentes, por las cuales decide tomar esta decisión, en un principio se le concede el placet para la obra, pero la cosa no debería estar muy clara, porque se producen demoras en la realización de sus planes, sea como fuere, y por la mano que este obispo parece que tenía en las altas instancias, antes de su muerte logra inaugurar el Seminario Conciliar Diocesano en la villa del Cáceres, y muy concretamente en el solar que hoy ocupa el edificio de los aparcamientos de la plaza que lleva su nombre. No sé si será casualidad, pero el Seminario se pone bajo la advocación de San Pedro Apóstol.
Siete “mozos” pobres de la diócesis comienzan sus clases de retórica, latín, hebreo, lógica, filosofía… en 1603 en el nuevo Seminario.
Don Pedro se salió con la suya, pero desde ese momento comienza la rivalidad Cáceres-Coria por la obra realizada, sus sucesores, unos no lo veían tan claro, otros apoyaron su decisión, las disputas siguieron hasta 1819 cuando se aprueba definitivamente el traslado del Seminario a la ciudad de Coria.
Cuando en 1954 el Obispo LLopis inaugura el nuevo seminario en Cáceres, con una diferencia de más de 300 años, parece que la historia vuelve a repetirse.
¡FELIZ NAVIDAD!