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Es Navidad

Portal de Belén

Fotografía: Chad Sparkes (Creative Commons)

¿Puede haber una Navidad sin portal?, ¿Puede haber una Navidad sin un Niño en el pesebre, sin José y sin María?, los pastores, los reyes magos, el buey y la mula, la estrella ¿no son elementos indispensables? Pienso que no. ¿Entonces, sólo tenemos derecho a celebrar la Navidad los cristianos? Pienso que tampoco. ¿Entonces qué?, me parecen buenas preguntas para nuestras reflexiones de estos días.

Digo esto, porque este fin de semana ha aparecido en televisión un reportaje sobre la navidad, nada más y nada menos, que en los barrios neoyorquinos de Manhattan, y no he visto ninguna de las figuras que enumeraba al comienzo del artículo, al contrario, aparecían cantidad de escaparates, luz y color por todos los lados, adornos, figuras de dibujos animados con muchos colorines, tiendas repletas, música navideña… y mucha gente paseando y comprando por las calles. ¿Es esto la Navidad? Creo que no.

Si no nos cansamos de decir que el cristiano (laico, sacerdote, religiosa o religioso) tiene que pisar el suelo en el que vive, que no puede estar en las nubes, esta realidad hay que aceptarla, no hay que escandalizarse por ello, porque sin duda hemos colaborado en que esto sea posible. Lo que hay que hacer es saber posicionarse, no dejarte llevar por la espiral consumista, pero muy importante, no hacer demagogia (decir lo que hay que hacer, pero no hacerlo tú el primero) porque se nota demasiado, y queda uno muy mal.

El otro día una feligresa (solo por pertenecer a los límites parroquiales, no por su práctica religiosa) me decía emocionada que las fechas del año que más le gustaban eran las navideñas, ¿por qué? le pregunto, porque esos días eran los únicos en los que lograba reunir a sus hijos que el resto del año casi ni veía. ¿Es esto la Navidad?, creo que sí. Porque el conmemorar el acto de amor más grande del Dios en el que creemos los cristianos, ha logrado y logra cada año multiplicar esos gestos de amor en las personas, gestos que deberían estar más presentes todos los días.

Dejemos que la Navidad nos envuelva con su significado, y sepamos reconocer en cada gesto de amor, la noticia más importante para los creyentes cristianos, que no es otra que ¡Dios nos quiere!

¡FELIZ NAVIDAD!