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¡¡¡Feliz Navidad!!!

Portal de Belén

Fotografía: strecosa

Posiblemente sea la expresión más repetida en todos estos días, se la decimos a todos, a nuestra familia, al vecino que veo todos los días, al vendedor de la ONCE, al frutero, al carnicero, al compañero de juego… aunque algunos la cambien por !Felices Fiestas! no es lo mismo, porque fiestas hay muchas a lo largo del año y la Navidad solo es ahora, por lo tanto, reivindicamos que aparezca en nuestros buenos deseos la palabra Navidad.

Dejamos de lado toda la discusión sobre si fue este día el que nació Jesús o no, o si esta fiesta coincide con la celebración del solsticio de invierno de los paganos. Discusión que puede ser interesante, no digo que no. La palabra navidad viene del latín nativitas que significa nacimiento, lo que pasa es que los creyentes cristianos la hemos reservado para este nacimiento tan especial.

Cuando deseamos feliz navidad a las personas que queremos o con las que nos encontramos, todas entienden lo que les decimos, saben que estamos deseándole lo mejor, para ellos y para los suyos. El mensaje navideño es una de mejores demostraciones de lo que tiene que ser el mensaje cristiano hoy. Si nos pidieran hacer una lluvia de palabras sobre “navidad”, no me cabe la menor duda de que aparecerían estas: paz, salud, encuentro, cariño, familia, trabajo, calor…

El mensaje de estos días ya lo anunció el profeta mucho antes de que sucediera: “entonces se despegaran los ojos del ciego, y el cojo saltará como un ciervo; el páramo se convertirá en estanque; en donde se echan los chacales habrá hierbas, cañas y juncos; no habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces”.

O lo puede cantar el poeta de hoy “¡alégrate zagala! ¡alégrate pastor! ha nacido Jesús, nuestro Redentor. ¿Me dejas un poco tener al Niño? Déjamele que nunca he tenido tantísima sed. Déjamele que nunca he tenido un clavel como Él.”

Qué lástima que un mensaje tan entrañable, relacionado con estas celebraciones tan queridas, nos lo quieran convertir, mejor, lo hayamos convertido entre todos, en algo totalmente distinto. El camino que nos lleva a darnos de bruces con el portal, solo es uno, y hay que saber andarlo, como vayamos un poco despistados o con dudas a la hora de escoger posibles desvíos muy posiblemente lleguemos al sitio equivocado.

¡FELIZ NAVIDAD!