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La alegría del amor

Corazones

El día 8 de abril la Santa Sede hizo pública la exhortación que recoge mas de dos años de trabajos, dos Sínodos de Obispos, cantidad de encuestas recibidas de todas las partes del mundo, numerosas intervenciones en la sesiones sinodales, reflexiones, puntos de vista… el Papa Francisco se empeñó en el estudio de la situación de la familia en la Iglesia y ha dado a conocer su doctrina en esta exhortación post-sinodal.

Como os podéis imaginar su contenido no ha sido todavía digerido lo suficiente como para que se saquen conclusiones, pero las primeras impresiones suelen ser significativas. La intención de Mateo 6, es invitar a todos a leerla. Leerla despacio porque es un texto largo y saber “leer entre líneas” y esto no suele descubrirse en una primera lectura. Por lo tanto, lo primero hacerse con el texto, y no tenerlo en la mesa camilla sino leerlo con ganas.

Me ha llamado la atención la opinión de un sacerdote comentarista habitual de las noticias de la Iglesia a través de las redes sociales, que dice que la sensación que tiene después de leer el documento, es la misma que manifiestan los dirigentes políticos después de las elecciones, me explico, si oís a los líderes de los partidos en la noche electoral todos dicen que han ganado, incluso aquellos que bajan en número diputados, una cosa un poco rara.

Y me llama la atención, porque era tanta la expectación que había sobre lo que el Papa se iba a atrever a decir o a no decir, que este sacerdote cree que tanto los que esperaban que iba a decir mucho, como los que creían que no iba a decir nada nuevo, el Papa habría satisfecho a todos, una cosa también un poco rara.

Como no la he leído todavía, tendremos que volver sobre ella, pero creo que una Exhortación Apostólica en la que aparece un texto como este “Tenemos que ser humildes y realistas, para reconocer que a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos corresponde una saludable reacción de autocrítica», creo que tiene muy buena pinta.

El Papa ha sido valiente a la hora de afrontar los retos de la familia a la Iglesia de hoy, ¡ojalá! Los que queremos llevar a la práctica lo que nos ha dicho, también lo seamos.