La clase de religión
No es un tema del que me guste hablar en la columna, porque es algo complejo y que desborda su realidad (400 palabras). Se ha hablado tanto, las opiniones son tan viscerales, la ideologización lo domina todo, que pierdes el interés, no por convencer, sino por llegar a un acuerdo razonable. La columna esta semana es más una queja o un lamento que otra cosa.
Sé que la Conferencia Episcopal y el actual gobierno de España han mantenido a lo largo de la legislatura una serie de encuentros en los que partiendo de una relación de respeto, se creía que se iba a llegar a una serie de acuerdos que mejorarían la situación de la asignatura en el curriculum escolar. Había esperanza de ello, pero a la hora de la verdad con la implantación de la LOMLOE, no solo no se ha conseguido lo primero, sino que el desarrollo de la nueva ley continúa con el cerco a la asignatura, y asestándole un golpe que puede ser definitivo en alguna etapa.
El gobierno cumpliendo con la constitución actual, no tiene más remedio que respetar la decisión de los padres de que sus hijos reciban formación en esta asignatura, esto es verdad. Pero otra cosa, es el cómo es la presencia de la materia en las aulas. Su aparición en el horario es ya la minima, una hora por curso a la semana (salvo dos cursos en primaria). Ya no pueden quitar más.
En el Bachillerato, la LOMLOE establece dos horas en primero y ninguna en segundo, pero lo mas grave es que la asignatura no tiene alternativa, antes sí existía, ahora los alumnos que no escogen religión no tiene nada, además si los centros para su organización la colocan las dos ultimas horas, quiere decir mientras los demás se van, los de “reli” se quedan. ¿Quiénes y cuantos serán los héroes?
Por favor, no basta con la presencia en los curriculum, sino que a la religión hay que darle el valor que tiene, nada mas ni nada menos que a cualquier otra asignatura, y colocarla al mismo nivel que las demás optativas, ¡por lo menos!. No digo nada sobre que la calificación de la misma no se tenga en cuenta ni para becas, ni para pasar de curso…
Tampoco diré nada del trato laboral por parte de la administración a los profes de reli, me parece tan penoso, que no hay por donde cogerlo.
¡Ay Dios mío!