Lo importante es que somos amigos
Las clases comenzaron el 8 de enero, y nuestros Cristianin y Athein, como habían quedado el día anterior, se encontraron a las puertas del colegio y quedaron para verse en el recreo, las clases de 6º y de 4º de primaria estaban enfrente una de otra.
Como había intuido el más pequeño, Athein pasó a formar parte del equipo de fútbol del colegio, y él tuvo la suerte de que uno de los profesores de matemáticas de secundaria, había formado un grupo con chicos-as a los que les gustaba el ajedrez, rápidamente localizó a ese profesor, que lo admitió sin problemas en el grupo.
Después de los primeros días de clase a Cristianin se le ocurrió preguntarle a Athein que si se había apuntado a la clase de religión, a lo que le respondió que no. A Cristianin le extrañó mucho, porque en su casa sus padres desde siempre lo habían apuntado y le habían explicado el por qué. Pensaban que su hijo tenía que continuar en la escuela la formación que ellos le daban en casa, y consideraban a la asignatura como trasmisora de unos conocimientos que lo ayudarían a comprender mejor las cosas y como impulsadora de una serie de valores que creían fundamentales para su hijo.
Entre trozo y trozo de bocadillo, Cristianin quedó un poco desconcertado, no comprendía como algo que para él era tan importante, no lo fuera para su mejor amigo, pensó que lo comentaría en casa cuando llegara, pero no se atrevió a preguntarle el por qué no se había apuntado.
Pasados unos cuantos días, en otro rato de las charlas que tenían se atrevió a preguntárselo. Athein sin darle importancia al tema, le dijo que sus padres nunca se lo habían planteado, y que en su casa era una cuestión que no se trataba apenas, había ido a misa alguna vez con sus padres, al entierro de algún conocido, o la comunión de unos primos, pero nada más. Y además le dijo, que para él lo importante es que fueran amigos, y lo demás le daba igual.
Para intentar aclararse un poco Cristianin pensó en alguna jugada de ajedrez que conocía y que eran de muy difícil comprensión para él, pero se alegró de una cosa, cuando comentó el tema en casa, su madre le había dicho lo mismo que su nuevo gran amigo: “Lo importante es que seas amigo de Atheim”.