mateo-6-326

Manos Unidas

Logotipo de Manos Unidas

Me gusta el nombre de esta organización católica de prestigio reconocido y logrado a base de hacer bien las cosas, que tiene unos objetivos y unas metas que solo se pueden lograr de esa manera, con las manos unidas; si cada uno tira de la cuerda para su lado, no hay nada que hacer, o bien la cuerda se rompe y todo se va al garete, o se inclina hacia uno de los lados, lo que lleva consigo la aniquilación del otro.

El año 1971, Pablo VI, creo esta asociación para que llevara a cabo su misión de una manera organizada, profesional y con la transparencia que debe sobresalir en todo lo relacionado con cuestiones económicas. La labor caritativa de la Iglesia, ha sido su santo y seña desde sus inicios, pero no siempre ha ido acompañada del rigor, la seriedad y la búsqueda de la justicia que deben conducir sus actuaciones.

Normalmente a Manos Unidas se la relaciona directamente con la “Campaña contra el Hambre”, esta ha sido su actuación estrella. En esa campaña se nos mostraban unos números que nos parecen increíbles, ¿Todavía hoy en el siglo XXI mueren niños por no tener que comer?, os invito que conozcáis las cifras y veréis la realidad sobre el mundo en el que vivimos, y que entre todo estamos construyendo.

“Frenar la desigualdad está en tus manos” es uno de los objetivos que aparecen en el material de la campaña de este año. Nadie puede argüir que sea un tema menor, continuamente están apareciendo noticias donde la realidad de la acepción de personas por su origen, su sexo, su color o su manera de pensar, condiciona medidas que hacen que no se logre el equilibrio necesario, y se realicen acciones que producen una desigualdad sonrojante.

Se nos pedirá nuestra colaboración económica para la campaña, y aquí viene nuestro dilema: con la que está cayendo ¿qué puedo yo aportar? La realidad es que es una de las acciones en la que menos te cuesta la sensibilización, porque todos conocen que esta realidad existe, y que como decía antes, todos somos más o menos culpables de esta tragedia.

Me diréis, ¡podía usted habernos hablado de los carnavales! es verdad, se me ha pasado, bueno, lo dejo para otra ocasión, hay tiempo para todo.

¡Mucho ánimo! ya pasó la cuesta de enero, pero… ahora nos queda la de febrero. ¡Buena semana!