Navidad
Desde que en el siglo XIII San Francisco de Asís, iniciara con su comunidad la tradición de la representación de los populares “nacimientos” o “belenes”, ha pasado mucho tiempo. Ahora proliferan las asociaciones belenistas, los concursos de diseño, y a la hora de realizarlos, los hay clásicos, modernos, y “medio pensionistas”, incluso alguno al que no se si puede llamar belén.
De pequeños nos gustaban la figuritas, y allí aparecían, pastores, lavanderas, granjeros, soldados, artesanos, camellos, bueyes, ovejas… todos ellos orientados a lo que está pasando en la gruta, donde unos padres acaban de tener un niño, y en lo alto de la misma se ha posado una estrella como queriendo anunciar que lo que allí sucedía se escapaba un poco a lo normal.
Los personajes son todos muy clásicos, algunos no tienen nada que ver sobre cómo se vivía en la Palestina de hace XXI siglos, pero da igual, eso es secundario lo principal es lo principal.
Si tuvieras posibilidad de añadir alguna figura a este belén ficticio, a quien colocarías:
Quizá pusieras a Yusuf, que lleva tres meses acogido en la ciudad, donde en principio no le hace falta nada, porque tiene asegurada sus necesidades básicas, pero dentro de tres meses, esas ayudas finalizarán y no sabe que va a hacer, posiblemente tenga que volver al sitio que no quiere.
O a Pedro, 36, años, sin trabajo desde siempre, y no tiene una casa donde vivir, ahora está en un hogar de acogida, pero sabe que su estancia allí tiene fecha de caducidad, y no tiene ni idea donde va a terminar, quizá en otra institución caritativa de otra provincia distinta.
O a Margarita, 31, años, que víctima de la violencia familiar, ha tenido que ser acogida por una organización de ayuda a mujeres maltratadas, tiene una hija que ha dejado con sus padres y tampoco tiene claro su futuro. Va a comenzar unos cursos de formación con lo que quizá encuentre trabajo.
O a Jesús y Rebeca, de seis y siete años a los que sus padres les han elaborado una pancarta donde han escrito “paz y felicidad para todos” y están justo delante del portal, como si lo estuvieran exigiendo. Las figuras que están junto al pesebre los miran con los ojos muy abiertos.
¿A quién colocarías tú? (Otro año quizás enumeremos a aquellos que no merecen estar en este Belén imaginario).