mateo-6-66

Navidad, novedad

Cerillas

Fotografía: Martin Fisch (Creative Commons)

El próximo domingo día 29 comenzamos el tiempo de Adviento. ¿Otra vez como el año pasado por ahora? NO, tiene que ser algo nuevo, sencillamente porque nosotros no somos los mismos que el año pasado ¿o sí? Se me viene a la memoria aquel dicho del filósofo clásico de que el río no es el mismo cada vez que lo miras, porque el agua no es la misma.

Además este año da comienzo, casi, al mismo tiempo que el “Año de la misericordia” convocado por el Papa Francisco, por lo que algo de especial tiene que tener.

El transcurrir del tiempo litúrgico no debe empujarnos a la rutina de lo de siempre, sino que hay que vivirlo como una auténtica novedad. Dios es siempre nuevo, como las novedades que se anuncian cada temporada. Y es que no puede ser de otra manera, el mundo, y más ahora, avanza, cambia a una velocidad casi supersónica, las problemáticas son distintas, los retos de hoy no tienen nada que ver con los de hace poco. Por lo tanto, la llegada del Salvador para el cristiano siempre tiene que ser una auténtica novedad, porque el Señor nos pide ser sal y luz para lo que está sucediendo a nuestro alrededor ahora, no hace un año.

El Papa Francisco, no se cansa de recordarnos esto, como sabe que para hacerlo hay que saber lo que hay en nosotros que nos separa de ese objetivo, no se cansa de recordarnos los defectos que tenemos, a los que trabajan con él ya se los dijo desde el ambón en la navidades pasadas, cuando se atrevió a enumerar los doce defectos de la Curia Vaticana. A algunos no les gusta y dicen que es un poco masoquista y negativo. Pero no tienen razón, la verdad se abre paso cuando se tiene la valentía de denunciar aquello que no es conforme a la misma. Por eso la responsabilidad es mayor cuanta más autoridad se tiene.

El año de la misericordia (junto al Sínodo Diocesano) es una oportunidad fantástica para avanzar en nuestros compromisos como creyentes. La llamada a la misericordia no va solo dirigida a reflexionar interiormente sobre su significado, sino que busca que en todas las acciones pastorales que podamos planificar, este ingrediente debe ser el que aporte el sabor fundamental a todo lo que hagamos.

¡Feliz Adviento!