Os espero en Galilea
Seguro que os habéis dado cuenta que Jesús después de las apariciones y una vez producido el reconocimiento del resucitado, les dice a todos (especialmente a los apóstoles) que vayan a Galilea y que allí tendrán ocasión de hablar más despacio.
¿Por qué Galilea?, ¿por qué Galilea y no Judea donde estaba Jerusalén, el Templo, el lugar de la religión oficial, los sacerdotes? Buena pregunta.
Galilea al norte de la Palestina del tiempo de Jesús, era: Nazaret, Cafarnaum, el lago, las barcas, las redes, el trabajo cotidiano, la carpintería, los peces… me imagino que lo obedecieron (además casi todos eran galileos, y más de uno habría regresado a su casa ante lo que estaba pasando los días de la pasión) y allí se produciría el encuentro definitivo con el nazareno.
Nosotros cada año por estas fechas, intentamos descubrir al resucitado, y andamos buscando ver donde tenemos que dirigirnos para aclararnos un poco, y él cada domingo de Pascua nos dice lo mismo que a aquellos, que vayamos a Galilea.
Y nuestra Galilea ¿qué es? ¿Dónde está?
Es nuestra vida diaria, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, es lo que hacemos todos los días, el saludo a los vecinos, la relación con los compañeros, la compra semanal, el rato de charla después de las comidas, la lectura del periódico, las prisas por hacerlo todo, la ansiedad, el descanso.
Es tu familia, a la que tanto quieres y a la que tanto necesitas, es la preocupación y el trabajo por los hijos, las notas, el colegio, las hormonas, los amigos y amigas, el tiempo libre, las aficiones. Son esos momentos en los que te parece que ya no puedes hacer más y que eres un incomprendido, los ratos (que superas siempre) en los que dices ¡hasta aquí he llegado!
Es nuestro trabajo, a veces tan pesado, tu manera de tratar al que depende ti, tus inclinaciones a hacer trampas (me refiero a pequeñas), a no ser fiel a tus obligaciones, a aprovecharte de alguno en provecho propio. También en tus esfuerzos por hacerlo cada vez mejor, siendo justo, razonable y exigiendo lo que se tiene que exigir.
Son los momentos de felicidad, tranquilidad y sosiego, en los que te resulta mas fácil reconocer las cosas que en otros te parecen mas difíciles.
Esa es nuestra Galilea, y ahí está el resucitado, decídete a hacer ese pequeño esfuerzo que te falta para reconocerlo.
¡¡¡FELIZ PASCUA!!!