Pascua de Resurrección, cuestión de fechas
La palabra Pascua, significa “paso” (paso de Dios junto a su pueblo) y rememora la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. La resurrección de Jesús “nueva pascua” supera a la antigua.
Dejamos de lado la cuestión del por qué es una fiesta sin fecha fija (como podréis imaginar tiene relación con las tradiciones judías) y quiero contaros otro detalle más desconocido, pero muy relacionado, porque también hay fechas de por medio.
Se conoce en la Historia de la Iglesia por “controversia pascual” unos de los primeros desencuentros entre la iglesia de oriente y la de occidente (Roma). Dicho desencuentro se produjo porque los orientales celebraban la pascua siempre el día 14 de nisán (primer mes del calendario hebreo bíblico, que correspondería con el nuestro entre los meses de marzo o abril) aunque no cayera en domingo, en cambio, la Iglesia romana, establecido por Pio I (141-155), de debía celebrar siempre el domingo siguiente al 14 de nisán.
Os llamo la atención en el hecho de que la existencia de tal controversia, indica que por estas fechas la autoridad de la sede romana sobre todas las iglesias todavía no está establecida, tendrán que pasar muchos años y muchos acontecimientos para que esto sea una realidad.
El tema no era menor, porque de esa fecha depende todo el calendario posterior de celebraciones. Veamos como solucionaron el tema aquellos primeros protagonistas. Se reunieron el Papa Aniceto (155-166) por parte de Roma y por otro Policarpo de Esmirna (69-155), representando a los orientales. Los dos defendieron sus opiniones, los orientales adujeron que no podían contradecir una práctica que habían recibido directamente de Juan Evangelista, y los occidentales defendían el domingo como el día de la resurrección. No se pusieron de acuerdo, pero ninguno de los dos entendió que el caso fuera tan grave como para romper la unidad eclesial. El papa invita a Policarpo a presidir una eucaristía para la comunidad de Roma y quedan tan amigos.
Como podéis imaginar el tema no terminó aquí, el primer concilio ecuménenico celebrado en Nicea (325) definió como definitiva la fecha propuesta por occidente, con esta definición, el problema su solucionó, al menos aparentemente.
Los cambios producidos por el calendario gregoriano (Gregorio XIII, 1502-1585), alteraron la problemática, pero no sustancialmente.
Me quedo como actitud (me acusareis de ser poco realista) la de los dos primeros actores principales: buscar la unidad y evitar la ruptura como primera opción.
¡¡¡Feliz Pascua florida!!!