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Ponte en camino

Camino

Fotografía: Davi Ozolin (Creative Commons)

El miércoles día 18 comienza la Cuaresma 2015, su objetivo es preparar la mente y el corazón de los católicos para que celebren como es debido la buena noticia de la resurrección de Jesús, después de los acontecimientos del Jueves y Viernes Santo.

El mensaje que acaba de publicar el Papa Francisco “Fortalezcan los corazones” intenta darnos las claves para vivirla con profundidad. Como cualquier mensaje papal hay que leerlo siempre desde la fe, solo desde aquí se pueden entender estas palabras con las que se inicia el documento: “Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: “Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero”. Está interesado por nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos”. Se podrá decir más alto, pero más claro creo que no.

La palabra clave de todo el documento es la palabra indiferencia: “El amor de Dios nos impide ser indiferentes”, pero ocurre que nosotros cuando estamos bien o nos sentimos a gusto nos olvidamos de los demás (cosa que Él no hace nunca), no nos interesan sus problemas y sus sufrimientos. Esta indiferencia ha llegado a tal punto que podemos hablar de una globalización de la misma.

El Papa nos propone tres textos para leerlos y tenerlos presentes en este tiempo: 1ª carta de Pablo a los Corintios 13,26 “Si un miembro sufre, todos sufren con él”. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y de su misericordia, la cuaresma es tiempo de dejarnos servir por Cristo y llegar a ser como él, que lavó los pies de los suyos.

Génesis 4,9 “¿Dónde está tu hermano? “Cuanto deseo que en los lugares donde se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”. La Iglesia que es por naturaleza misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es envidada a todos.

Carta de Santiago 5,8 “Fortalezcan sus corazones”. “Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano, y al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer?”. Buena pregunta para intentar responderla en este tiempo.

El Papa Francisco desea que vivamos la cuaresma como un tiempo de formación del corazón, para convertirlo en fuerte, misericordioso, vigilante y generoso. ¡Vamos por ello!

¡FELIZ CUARESMA!