¿Qué es la caridad?

La donación de la capa (Giotto)
Hace una días en una entrevista en la radio una represente de una ONG que se dedica a ayudar a los necesitados trataba de explicar su trabajo, volvía a repetir aquello tan repetido de que lo que hacían era estar cerca de la necesidad, ayudando en lo que podían y que por supuesto NO HACÍAN CARIDAD, porque eso es dar de lo que a uno le sobra, sin hacer nada para que la situación cambie.
La verdad es que no se si esta opinión me da rabia o me da pena. Me da rabia porque eso no es así, y de esto podrían hablarnos las organizaciones de caridad de la Iglesia, con su labor callada y desinteresada; pero también me da pena porque algo hay que hemos hecho o hacemos mal para que se piense esto. No puede ser que el concepto de caridad esté tan desprestigiado, hasta el punto que nosotros mismo estamos tentados a cambiar el nombre y comencemos hablar más, para dejar claro lo que queremos decir, de justicia que de caridad.
Seguro que recordáis la frase del evangelio de Lucas (6,29), este texto me ayuda para explicar mi reflexión, el pasaje dice lo siguiente “si alguien te pide la túnica dale también el manto”, o sea que la caridad cristiana debería ir más allá de la justicia, puesto que tienes que estar dispuesto a dar al otro incluso lo que a ti te hace falta, lo que tú necesitas. Entonces ¿qué es lo que pasa?
En un mundo donde no solo hay que comunicar, sino comunicar bien; en una realidad donde para que seas creíble es necesario la coherencia en lo que haces; donde la trasparencia y la claridad son imprescindible porque cuesta creer todo lo que se hace con generosidad y desprendimiento, porque el comentario “algo irá buscado” es lo corriente; en una sociedad donde tienes que ser valiente para denunciar lo que no se hace bien incluso por aquellos que deberían hacerlo; en un mundo así es claro que nos queda mucho por aprender y por hacer.
Nuestros malos hábitos, el no estar preparados lo suficiente para estas exigencias, las nuevas realidades con la que nos enfrentamos, todo eso hace que en nuestras programaciones, en nuestras acciones debemos esforzarnos para que esas exigencias estén cada vez más presentes, se hagan más evidentes y sean nuestra carta de presentación.