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Recuperar lo perdido

Hojas congeladas

Cambiamos hoy el paso en nuestro encuentro semanal. Hace unos días Paco Maya, Vicario General de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, o sea aquí al lado, publicaba en un medio digital, unas reflexiones que no han tenido eco en otros medios, pero que si las han tenido para “La Mirada” y por eso las comparto con vosotros.

El bueno de Paco decía cosas como estas “Se puede tener poder, que es la capacidad para subordinar a otras personas o para dominar una situación; pero no autoridad, que es la habilidad para influir en otros sin necesidad de que estén subordinados. Los políticos han perdido autoridad moral, sus palabras suenan huecas, vacías… Ya no se les cree. La Iglesia hace tiempo que perdió su autoridad moral. No posee relevancia social. El magisterio eclesial ya no tiene repercusión alguna, exceptuando determinados mensajes del Papa Francisco. Nosotros, los sacerdotes, éramos (o seguimos siendo) autoritarios, y nos considerábamos superiores al resto de la comunidad…”

“Necesitamos más maestros de vida, maestros del espíritu, que posean una experiencia grande Dios, que nos acompañen con la luz del evangelio, que nos enseñen a discernir, que nos hablen de Dios desde el corazón, que nos ayuden con cariño a encontrar el sentido positivo de las experiencias, a encajar los errores y los fracasos y frustraciones, que sean modelo de referencias en nuestro caminar, que nos ayuden a ser personas adultas y equilibradas”.

“Necesitamos personas justas, honradas, cabales, personas de bien, políticos de altura, tertulianos veraces, hombres y mujeres que amen sinceramente al hombre y busquen sin intereses el bien común”.

Para recuperar el terreno perdido hacen falta gestos concretos y este es uno de ellos: Los Jesuitas españoles, siguiendo las orientaciones del papa Francisco (mientras que otras instituciones han tomado medidas meramente cosméticas) han dado un paso al frente y a través de su provincial en España han presentado “el informe sobre los abusos cometidos por jesuitas en España (1920-2020)”, que os animo a buscar y leer. Sin que aparezca nombre alguno, se dan datos tan concretos como este que “desde 1927 a la actualidad han causado dolor a 81 personas, siendo menores y otras 37 siendo adultos”.

El provincial reconocía que su objetivo es “escuchar y acoger a las personas que han sufrido y sufren a causa de los abusos vividos”, que son diferentes en cada persona. “Es fundamental acercarse a este dolor para cambiar una realidad que no se ha querido ver durante mucho tiempo”. “Estamos aprendiendo a dar respuesta a estas personas…”

Cuidaros mucho.