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Reflexiones desde el confinamiento (IV)

Trabajando en casa

Llevo cuatro semanas con el mismo título, me gustaría cambiarlo, pero es que la situación, como nos imaginábamos al principio, va poco a poco; es verdad que posiblemente cuando leáis estas líneas estemos en la fase 1, y eso nos dará más libertad de movimientos, sin embargo no hay que relajarse, la salud es lo primero.

Ahora nos surgen preguntas, ¿algo va a ser como antes?, posiblemente no, pero para asumir eso, hay que tener la mente bien amueblada para saberte adaptar a esa nueva situación, y no sé si todos estaremos preparados.

“Hasta que no tengamos la vacuna, el peligro de contaminación seguirá existiendo”, dicen los que saben, por lo que ¿nos vemos preparados para asumir las medidas de prevención que lleva consigo esta incertidumbre?, para esto es para lo que hay que estar preparados y es necesario empezar a hacerlo ya. Muchos de nuestros esquemas anteriores se han venido abajo de repente, por la acción de un enemigo al que ni vemos, ni conocemos. ¿Lo venceremos? Sí, sin duda, pero hay que saber andar el camino hasta que eso se pueda producir.

Hay que ser responsables y obedecer las medidas que nos proponen, no solo para cuidarnos a nosotros mismos, sino para cuidar a los que tenemos a lado, esto es muy importante.

Si nos conceden el paso a la fase 1, las parroquias y lugares de culto podrán abrirse a las celebraciones litúrgicas, pero solo para el 30% del aforo de las mismas, es decir que si el templo puede acoger a 180 personas, solo podrán entrar 60 y, siempre respetando la distancia de separación de un metro y medio como mínimo. Además se deberá contar con las medidas de higiene imprescindibles para evitar contagios.

Me sigo acordando de los mayores que han fallecido en nuestras residencias de ancianos, creíamos que eran sitios para cuidarlos no hospitales para curarlos, y para esto no estaban preparadas. Más del 80% de los fallecidos en Extremadura (de las cifras que nos dan) eran personas que estaban en estas instituciones.

Si eres creyente, no olvides, las parroquias podrán estar cerradas, pero Dios sigue cerca de ti, lo tienes en dos sitios muy importantes: primero en tu corazón, lo que hace que todos seamos iglesia aunque no nos veamos y después en las personas con las que convives o tienes cerca. Cuídalo en esas dos realidades y Él no te abandonará nunca.