mateo-6-164

Se acerca el final de curso

Estudiante

Cuando leáis estas líneas ya estaremos en la primera decena del mes de junio. Lo cual quiere decir que el final de curso está cerca. Los buenos estudiantes ya lo vienen planificando hace tiempo y se preparan para las pruebas finales, esperando que todo acabe a principios de julio o tengan que esperar una segunda oportunidad en septiembre.

Desde que terminamos el catorce sínodo diocesano allá por los primeros días del diciembre pasado, la vida pastoral de la diócesis ha ido superando la resaca de la “fiesta” final, y se han ido renovando los distintos órganos parroquiales, arciprestales y diocesanos para afrontar la nueva etapa pastoral, que para ponerle un tiempo, puede ser de los próximos cinco años.

Ya todos conocemos y hemos releído las 232 proposiciones sinodales, que deberán plasmarse en acciones concretas con su temporalización y revisiones correspondientes. Creo que nos equivocaríamos si pensamos que nuestro primer objetivo es llevar a la práctica en el menor tiempo posible todas esas acciones, ¿por qué? porque las casas nunca se comienzan por el tejado, sino que como es lógico, hay que comenzarlas por los cimientos.

Lo primero que se nos debe exigir a todos los agentes es ese cambio de mentalidad que revolotea por encima y por debajo de todas las propuestas sinodales, sin el mismo, es imposible llevar a la práctica las acciones que el Sínodo nos está exigiendo. ¿Cómo voy a llevar yo a la práctica, por mucho que el Sínodo me lo pida, que haga algo de lo que no estoy convencido, o que pienso que no hace falta, o que creo que ya lo estoy haciendo bien?

¿Cómo voy a coordinarme con la parroquia de al lado o con las del arciprestazgo, si todavía me pregunto? ¿para qué? ¿Cómo voy a hacer que funcione el consejo de pastoral parroquial con su consejo de economía, si creo que no es necesario tanto?, ¡con que lo tenga constituido me basta! ¿Cómo voy a ser transparente con las cuentas parroquiales, si pienso que la gente no me las pide, porque se fía de mí?

Hay que releer la “Evangelii Gaudium” y seguir meditando lo que el Papa Francisco está pidiendo a la Iglesia del siglo XXI. Es necesario identificarse con la que significa “una nueva etapa evangelizadora”. Es necesario convencerse que tenemos mucho que cambiar.

¡Buen fin de curso para todos!