Seguimos en cuarentena
Cumplimos ya cuatro semanas de aislamiento, en ellos seguro que hemos vivido ratos de todos los colores, podría parecer que como animal de costumbres, iríamos asimilando la cuestión, pero no así, ni mucho menos, y ¿por qué? pues porque no vemos clara la respuesta a estos interrogantes claves ¿hasta cuándo?, ¿y después qué? La incertidumbre no es un buen ingrediente para conseguir el equilibrio psíquico necesario que nos ayude a adaptarnos a las nuevas situaciones. Conste que no estoy diciendo que no se pueda conseguir, pero…
Es duro esperar todos los días a las doce para tener noticias de los recuentos de los contagios, fallecidos y curados del día anterior. Hasta ahora, miles de nuevos contagiados, cientos de fallecidos diarios, y también los que superan la enfermedad. Cada uno de ellos son una historia personal de dolor y sufrimiento, sufrimiento con el que se nos hace difícil empatizar, porque nuestra psique tampoco lo aguanta.
Todo esto dará para mucho cuando acabe, pero ahora me es imposible pensar en ello. Recordando el pasado, me acuerdo que allá por el mes de febrero se oía que lo que venía, sería como una gripe más o menos pasajera ¿?
No es la hora, y no sé si lo sabremos hacer después, de buscar los responsables de esta situación, si sé que es la hora de arrimar todos el hombro y poner de nuestra parte todo lo que podamos, primero para superar la pandemia, quedándonos en casa, cumpliendo el decreto de alarma, y prepararnos para lo que vendrá, porque se nos seguirán pidiendo sacrificios y renuncias quizá más difíciles de cumplir.
Como podéis imaginar me he acordado mucho estos días de los cofrades cacereños, que lo han y están pasando tan mal, algún responsable directo y primerizo, tenía puestas sus ilusiones en esta su primera vez, además estaba “la magna”, pero conociéndolo sé que su disgusto está superado pensando en lo que será el 2021 ¡que se prepare!
La Iglesia con sus organizaciones de caridad a la cabeza, a pesar de lo que digan algunos, está dando muestras de saber estar al lado de los que lo están pasando peor, no podía y no puede ser de otra manera, ahora y en lo que queda por venir, estará donde tiene que estar.
Si eres creyente, no lo dudes, Dios está a tu lado, abrázalo en ti mismo si estás solo, o en los que tienes al lado si estás con otros.
Mucho ánimo y mucha fuerza.