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Violencia contra la mujer

Dañando a una flor

Fotografía: Antonio M. Mora García (Creative Commons)

Djariba, aldea de la República Democrática del Congo, junio del año 2013, Ernestine muchacha de 16 años ha sido violada por dos hombres del pueblo cuando cerraba el quiosco con el que ella y su madre se ganan la vida. Tras varias reuniones los ancianos deciden que cada uno de los violadores pague una multa de 40 euros y quince botellas de cerveza. El juicio termina con en una fiesta con abundancia de bebida y hasta baile. Un mes después nadie en el pueblo sabe nada del paradero de Ernestina. La República Democrática del Congo es el país del mundo donde más mujeres sufren abusos.

La violencia contra la mujer está lejos de desaparecer. En Kenia, Malí, Irán, Arabia Saudita, India, Bahamas, Malta, Afganistán, Nigeria o Yemen podemos encontrar legislaciones que favorecen la poligamia, justifican la violencia contra la mujer o incluso permiten que una niña pueda ser condenada a pena de cárcel si es victima de una violación. El negarse a que en su territorio se impongan las prácticas occidentales y el respeto a las diferencias culturales es la justificación para admitir tales injusticias.

En Malta un hombre que haya secuestrado a una mujer no tendrá problemas si se casa con ella; en Nigeria un marido puede golpear a su mujer con el propósito de corregir su conducta; en Malí el Código de la Familia establece que una mujer “debe obediencia a su marido”; en Arabia Saudí está prohibido que las mujeres conduzcan; en Guinea Conakry, una mujer no puede aceptar un empleo si el marido no da su consentimiento…

Podéis decirme, todo esto sucede muy lejos de nuestro civilizado mundo occidental, no nos hables de una realidad que no conocemos y que queda muy lejos de nosotros, ¡eso aquí no pasa!

¿Seguro?, yo no lo estaría tanto. Mira a tu alrededor, escucha conversaciones sobre temas relacionados con los que hemos citado, atiende a opiniones donde la diferencia de sexo, o la orientación sexual, sean la clave de lo que se habla, posiblemente las diferencias no sean tantas (el 40% de “las conductas de odio” en el año 2014 en España están relacionadas con la orientación sexual de las víctimas).

Infórmate, escucha todas las opiniones que puedes sobre este tema, fórmate una opinión, saca tus propias concusiones y sobre todo no te dejes manipular por opiniones partidistas e interesadas.