“Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”
Ofrecemos una parte de la carta pastoral de nuestro obispo que ha publicado con motivo de la Cuaresma, Pascua y Pentecostés 2014).
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “Quién dice a la gente que es el Hijo del hombre”.
Nuestro proyecto diocesano ha puesto todo su esfuerzo en suscitar esta pregunta. Sabemos que en el corazón humano se alberga la búsqueda de la Verdad que conduce a la Vida. Esta Vida que se llama Jesús de Nazaret.
Recuerdo que en mis años de estudio en Roma un día descubrí en una pared esta pintada: “Dios es la respuesta”. Alguien sin embargo había puesto debajo: “pero, ¿Cuál era la pregunta?”. No será uno de los grandes aciertos y también de los grandes retos en nuestra pastoral que no suscitamos las grandes preguntas del corazón humano y lo que es peor, estamos respondiendo a lo que por lo menos aparentemente no le interesa la respuesta a la gente. Jesús hace la primera encuesta que se refleja en el Evangelio. No tiene miedo a lo que la gente diga y piense de Él. Tampoco le mueve la curiosidad. Jesús nos va a dar la clave de cómo evangelizar. Suscita un “ver” que lleva a la realidad del corazón humano. No tener miedo nunca a las preguntas de la gente, más bien tener respeto a lo que debemos responder.
Ellos contestaron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”.
Los suyos le quieren bien porque solo contestan con las cosas buenas y con los personajes de primera (Juan el Bautista, Elías, Jeremías) que le identificaban. Estoy seguro de que otros pensaban de Jesús fatalmente y le llamaban “borracho y vividor, amigo de publicanos y prostitutas”. Evangelizar es no tener miedo a poner los pies en el suelo. En saber que nuestro primer aliado es la gracia de Dios que suscita siempre en el corazón humano, el deseo del Absoluto de libertad, de plenitud. Nosotros tenemos el tesoro, pero a veces lo envolvemos en nuestras pobrezas.
Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Esta es la pregunta clave que cambia nuestra vida ¿Quién es Jesús para mi? De esta respuesta que no se puede dar si cada uno de nosotros no escucha y acoge en la oración y la vida la pregunta que directamente el Señor nos hace en todos los momentos y que debemos saber responder cada uno, no en abstracto. ¿Quién es Jesús para mí?
Sin la respuesta personal nos podemos quedar en “la encuesta” o en lo que es más grave, en saber solo “noticias de Jesús” y no en un encuentro cara a cara, corazón a corazón con quien se ha definido como el Camino de la Vida Verdadera.
Es necesario contar a todos que tenemos que responder con una fe personal a la pregunta que nos hace Jesús en el camino de la vida. Sin esta respuesta se queda nuestra vida en el vacío, sin llenar. Con la respuesta personal comienza nuestra vida de encuentro con Él. Este es el objetivo principal de todo plan pastoral, porque ¿cómo podemos decir que en Cristo no nos puede faltar la esperanza si no nos hemos encontrado con Él?